He sentido en las últimas noches tu aliento frío en mi espalda,se te ha olvidado que no me gusta dormir sola.
Haz acompañado tu silencio nocturno con los indiferentes rayos del sol, los primeros que se asoman justo cuando te vas, cuando mas he querido decirte : "te amo".
Amanece y yo ya estoy con las manos entre las piernas haciéndome mil preguntas mientras derramas el café en la cocina, y no lo bebes más en mi ombligo.
Cae el aguda resbalando insípida por mi cuerpo desnudo, mientras recargo mi frente en los muros fríos como tus miradas, sólo se escucha el eco de las risas de ayer cuando soplabas la espuma que había en mi hombro y sonreías calidamente, debo salir del agua.Voy a la habitación y sólo veo tu sombra impidiéndome vestir, tirándome a la cama para llenarnos de besos entre risas, entre suspiros, entre las palabras que decían "cuanto te quiero" entre tus miradas de "nunca te vayas", volteo a un lado y te veo aún escogiéndome la ropa, y es entonces que recuerdo cuanto te extraño.
Salgo a realizar mis actividades y por un momento olvido lo que ya no hay, pero viene la puesta de sol a recordarme que la noche llega y con ella el frío de no encontrarte otra vez. Y es entonces cuando más te extraño. Me acuesto, inventándome tu cuerpo con las almohadas, te pido que me abraces y que vuelvas otra vez, que aún falta por llenar nuestra vida de palabras, de todo lo que una vez no tuviste, de todo aquello que alguien más me prometió y sólo tu tienes la capacidad de dar.
Cierro los ojos y te beso la frente.
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